Autor: Alfons Broeks
Correo electronico: alfons.broeks@gmail.com
Revista AGUA Y RIEGO N° 24
Fecha: Julio 2015
La cosmovisión andina precolombina considera la Madre Tierra, Pachamama o Allpa Mama como un ser vivo. Defiendo la idea que esta visión se basa en preceptos científicos válidos. El titular es uno de estos preceptos.
Orienta directamente la gestión del agua y el rol que debe jugar en las respuestas al Cambio Climático.
Esto no significa que la idea tenga hoy la fuerza que nuestra respuesta al cambio climático requiera. El
reto es demostrar que conviene trabajar con el agua como sangre de la tierra. Surge una pregunta: ¿Qué relación entre ciencia y sistemas de conocimiento indígena es recomendable?.
Las Naciones Unidas han definido que pueblo indígena no es algo definible. No obstante, hay
consenso que la acumulación histórica de conocimiento y haberlo practicado, haciendo una valiosa cultura, es una característica fundamental de un pueblo indígena. Propongo una definición simple de conocimiento indígena:
es simplemente todo lo que poblaciones de carácter indígena saben hoy en día. Por eso es algo ancestral y contemporánea a la vez. Es un patrimonio dinámico más amplio que los conocimientos locales y es importante reconocer esto. No obstante, el conocimiento indígena amplio y el local comparten un empirismo científico con valores espirituales sobre la Naturaleza y un profundo conocimiento de la ecología local. La pobreza ha hecho que parte de eso se ha debilitado o desaparecido. Los espacios de desarrollo, las fuentes históricas de conocimiento indígena, sus mitos y sus hechos, los líderes intelectuales, espirituales y todos los estudiosos, hombres y mujeres, que promueven la cosmovisión andina precolombina como conocimiento indígena trascienden el espacio local. Los sistemas locales están invitados siempre de conectarse al sistema supralocal de conocimiento indígena.
El empirismo y los preceptos de cosmovisión, construyen un acercamiento al mundo mediante una relación afirmativa entre el humano y la Naturaleza, como entre un niño / niña y su Mamá. En sentido muy abstracto, nace de sabidurías heredadas que entendían que la vida no nace de la materia, sino la materia es generada por la vida. Y la vida orgánica representa diferentes grados de manifestación de la vida: la humana siente, reacciona, recuerda y proyecta, la animal siente, reacciona y recuerda, la vegetal siente y reacciona, la mineral solo siente. A groso modo.
Es la esencia de procesos evolutivos complejos. Esto lo diferencia de la ciencia, que cree mucho en la palabra y tiene un culto a la duda científica, nacida entre otras de la lucha por la libertad ideológica y filosófica, que era y sigue siendo una necesidad en las culturas boreales dominantes. El balance entre lo empírico y teórico es distinto entre los dos sistemas cognitivos. Tal vez la ciencia no reconozca, que el empirismo andino es sumamente inteligente por haberse formado en la enorme variabilidad y diversidad del medio y contiene el seguro que elimina el riesgo de asfixia intelectual que el predominio de una idea sobre la Madre Tierra podría hacernos suponer. La Madre Tierra no impide la abstracción científica, ni la interacción con otros sistemas de conocimiento.
No hay contradicción, hay sistemas cognitivos diferentes. Defiendo la idea que la interacción entre ciencia y conocimiento indígena tiene que caminar con dos piernas: la pierna del contraste y la pierna de la complementariedad.
El contraste es necesario para respetar las innegables diferencias de cosmovisión. La complementariedad es necesario para el intercambio de información y métodos que ambos produzcan y utilizan. No hay argumento alguno para impedir el intercambio de información y métodos, según se considere útil. Tampoco es censurable que personas se desarrollen en ambos (u otros) sistemas de conocimiento. Pero tampoco sería necesario hacer eso para avanzar y crecer. El intercambio es realizable en los puentes que se construyan entre ambos.
Este discurso parece ser teórico, tal vez algunos colegas suspiren y surja por eso la pregunta: ¿Necesitamos más teoría o debemos dedicarnos a la práctica?
Mucha gente ya dio la respuesta. Dando algunos ejemplos, porque la lista es significativamente más larga: riego tecnificado en costa y sierra; rehabilitación de waru waru; construcción de reservorios familiares y comunitarios para uso integrado o separado de riego y agua de consumo; rehabilitación de terrazas para la captación y uso eficiente de agua; rescate de tecnologías precolombinas diversas para captación, conservación, uso, manejo de agua; incorporación de infraestructura y gestión campesina en los sistemas hídricos de pequeñas y medianas centrales hidro-eléctricas andinas; el sinnúmero de actividades de agricultura ecológica, orgánica y otros enfoques que apuntan a recuperar la calidad de la tierra para retener mejor el agua y producir lo óptimo; el desarrollo de energía de fuentes renovables. Comprendo a los hacedores contestando: NO.
Ellos hablan menos y simplemente devuelven la sangre a la tierra en lugares donde perdió el equilibrio hídrico o dotan de sangre donde existan condiciones para mejorar la confluencia de las fuerzas vitales. Incrementando el factor agua, crean manifestación de la vida. Esto les permite replicar y profundizar empíricamente los conocimientos acerca kausay (vida, haca) y las kallpakuna (fuerzas, ch’amanaka): allpa (tierra, lakka), unu o yaku (agua, uma), wayra (aire, thaya), nina (fuego, nina).
La formación ingenieril hace responsable y apunta inmediatamente algunas propuestas tecnológicas y legales en la agenda contemporánea:
Carreteras con huella hídrica cero
o positiva. Hoy en día las carreteras
están mal diseñadas y ejecutadas.
Impiden la circulación óptima de la
sangre a todas las células del cuerpo
de la Madre de Tierra. Todos
sabemos que la cuenca tiene una
resistencia que regula el flujo desde
la precipitación hacia el mar o
altiplano interandino. Las carreteras
reducen la resistencia hidráulica,
incrementan el flujo superficial
y erosivo en los pocos meses que
llueve, reducen la infiltración,
causan un nivel de desertificación,
notorio en la estación seca.
La escasa red hidrométrica lo
afirma después de 30 años de
mediciones, pero los efectos
locales son inmediatos y negativos.
Desequilibran humedales locales.
Solución: gastar algo más, aplicar
principios de ingeniería civil inca a
las carreteras, hacer que cosechen
agua y conserven los preciosos
suelos, como Ley.
Requisito legal y técnica de
recompensación hídrica ex-ante
de todo proyecto minero. La
tierra en su lugar es el principal
reservorio de agua dulce. La
tierra es como carne muscular
que requiere sangre circulante
para ser vivo. Antes de explotar,
mínimamente el doble del aprox.
30% de volumen de tierra que
se va remover debe almacenarse
como agua en lagunas (semi-)
naturales en altura. Una proporción
menor a 50% será manejada por la
mina en sistemas hídricas cerradas.
La otra proporción se debe
destinar a los sistemas ecológicos
y agropecuarios en la zona. La
minería debe ser de mucho menor
escala en zonas frágiles de montaña
y debe inscribirse en los planes de
desarrollo agropecuario, ecológico
y turístico de largo plazo y no al
revés. Obviemos la mentira tendida
que los ecologistas serían antimineros
por principio. Algunos
lo son, pero por empirismo. Los
pasivos ambientales son recuerdos
que duran. Reitero mi posición
que las principales dificultades,
generalmente superables, de la
minería son: desconexión del saber
precolombino minero, falta de
planificación seria dentro de planes
territoriales concertados, no incluir
la inclusión de mitigación ambiental
y social total desde el inicio, el
manejo irresponsable de cobertura
vegetal, suelos y la excesiva escala
de ciertos proyectos mineros.
Revolución de los sistemas de
saneamiento básico. No tiene
sentido contaminar el agua para
luego gastar en purificarlo. Las
ciudades precolombinas no tenían
alcantarillado para aguas servidas.
No lo necesitaban. No había aguas
servidas. El agua era una fuerza
divina que no se contaminaba.
Solo había drenes para exceso de
agua, que se purificaba in situ por
la tierra, como filtro natural. Toda
agua usada se devolvía a la tierra,
aplicando cal si fuese conveniente.
Es la manera de articular la huella
hídrica a la huella carbónica.
Propuesta : en 25 años prohibición
total del uso del agua como
botadero de basura y material
orgánico. Toda basura reciclado,
todo material orgánica (mercados,
domicilios, etc.) transformado
en abono para regenerar suelos
que fijan CO2 y producen
calidad de vida. Hoteles en
Singapur ya ensayan con el baño
seco en escala.
¿Necesitamos cambio de
paradigma para mitigar el
Calentamiento Global? Claro
que no. En cualquier paradigma
existe el Calentamiento Global.
La ciencia ha comprobado
que hay un factor humano
del calentamiento global,
causante del incremento de
gases invernadero (CO2 y otros),
básicamente por combustión de
hidrocarburos fósiles y cambios en
el uso de la tierra.
El Conocimiento Indígena no lo
niega, ve los nevados derritiéndose
además, quizá lo explique con
sabidurías diferentes. Estando con
50 personas en una habitación
pequeña con la calefacción en
alta y solo una pequeña ventana
de ventilación, de hecho el
calentamiento continuará y eso es
lo que sucede. No hablemos de
reducir emisiones. Las emisiones de
CO2 son necesarias y naturales de
los sistemas ecológicos. Hablemos
con claridad científica, con palabras
precisas. Hablemos de reducir la
combustión insostenible. La ciencia
NO necesita del Conocimiento
Indígena ni para reconocer, ni
para resolver el Calentamiento
Global por Efecto Invernadero,
un problema causada por ella
misma. La solución es posible y
URGENTE: cambiar drásticamente
a fuentes energéticas alternativas.
Aún así, el efecto invernadero ya
causado tendrá aún larga duración,
la acidificación de los océanos
es muy grave, varias especies no
tienen la velocidad de adaptación
requerida para los cambios que aún
se vendrían dando. Cambiemos ya.
Resolver el otro problema
causante del incremento de los
GEI; el cambio del uso del suelo,
solo es posible mediante una
gestión radicalmente distinta del
agua y los ecosistemas hídricos.
Debemos mantener o incrementar
la humedad natural en todo
ecosistema y empezar a retener
lo que se perdió. Hace décadas
que en Europa ya vieron su error y
devuelven ríos enteros que fueron
canalizados a sus cauces naturales.
En el caso del Per, se debe recuperar
además de ampliar las lagunas y
cochas semi-naturales en las partes
altas, medias y bajas como sistema
sofisticadamente articulado;
concertar con las comunidades la
sectorización rotatoria de pastos
para que tengan mayor potencial
de retención hídrica y productiva;
rehabilitar la mayor cantidad
posible de terrazas y andenes;
convertir en abonos todo material
orgánico e integrarlo a los suelos;
acondicionar toda carretera para
que tengan huella hídrica positiva
(cosecha de agua para estación
seca) todo esto financiado por
la producción misma, el canon
minero, el IGV, etc.
¿Necesitamos el Conocimiento
Indígena para lograr el proyecto
de medio ambiente sostenible? El
cambio climático se enfoca con
razón en el calentamiento global.
Pero la depredación de la tierra
nace de un extractivismo vinculado
a una contaminación que no se
logrará corregir sin un cambio de
actitud de fondo. Ese cambio es la
convivencia armoniosa consciente
del individuo y con la colectividad
con la Madre Tierra, el cual requiere
del Conocimiento Indígena para
convertir esta bonita idea en una
práctica de manejo de las fuerzas
vitales. Ganas de pensar con las
manos y trabajar con el cerebrito.
Uso profundamente responsable
del Fuego. El manejo se basa en
respeto, experimento sistemático,
conocimiento de la naturaleza de
materia y espíritu, aceptación de la
ciclicidad, variabilidad y manejo de
la (agro)biodiversidad. Requiere de
la articulación de la huella hídrica,
carbónica, y más aún agua limpia,
porque el agua es la sangre de la
Madre de Tierra.
Calle Rio de Janiero 373 - Jesus Maria, Lima 11 - PERÚ
(511) 265- 3819
iproga@iproga.org.pe