Autor:Eric Rendón Schneir
Correo electronico: ericrendonschneir@hotmail.com
Revista AGUA Y RIEGO N° 24
Fecha: Julio 2015
Cuadro 1. Comparación de las caracteristicas del agua azul y verde (Fuente:
Chapagain et al.,2005)
Caracteristica |
Agua azul | Agua verde |
Fuentes |
Ríos, lagos, reservorios, represas, estanques, acuiferos. |
Se almacena en suelos no saturados y que puede ser absorbida por las raices de las plantas. |
Movilidad |
Altamenente movil |
Altamente inmovil |
Sustitución de fuentes |
Posible |
Imposible |
Usos competitivos |
Muchos |
Pocos |
Estructura para almacenamiento y transporte |
Requerida |
No requerida |
Costo de uso |
Alto |
Bajo |
El área de estudio estuvo conformada principalmente por 14
departamentos, 96 provincias y 808
distritos, en donde la huella hídrica
promedio nacional (2001-2012) del
cultivo quinua fue de 3841.47 m/t.
Asimismo el rendimiento promedio
nacional fue de 1,19 t/ha. La huella
hídrica por componentes va de la
siguiente manera: la verde alcanza
el 80% y los 3067 m/t, la gris 14% y
535 m/t; y la azul el 6% y 211 m/t.
Se pudo apreciar en los resultados el
efecto de la altura sobre el cultivo,
con requerimientos mínimos de agua
entre los 2500 y 4100 msnm, que
concuerdan con la realidad porque
la quinua generalmente se siembra
en secano. Esto se debe a que el agua
almacenada en el suelo proveniente
de la lluvia suele ser suficiente para
cubrir las demandas hídricas de la
quinua, sin embargo esto hace que la
quinua sea un cultivo muy vulnerable
a los cambios en la precipitación.
Rendón (2009) estudió la agricultura
del valle de Ica en el periodo de
1950 al 2007 y midió los impactos
ambientales, principalmente los
relacionados con el uso de agua
en la actividad agrícola, buscando
encontrar el equilibrio entre el
desarrollo económico generado por
la agroexportación local y la gestión
sostenible de los recursos naturales
locales, en especial del agua.
El capítulo cuatro centra la
investigación en el uso del agua con
fines agrícolas, utilizando el concepto
de huella hídrica agraria en el valle de
Ica y muestra la evolución histórica
de los 13 cultivos principales del valle
así como el uso de agua entre 1950
y 2007, en las hectáreas sembradas.
Entre 1950 y 2007 se promedió, que
el algodón utilizo el 56% del agua
disponible en el valle, seguido por el
esparrago con 9%. Durante todo este
periodo del volumen total de agua
consumido el 91% fue utilizado para
la agricultura, el 7% para el consumo
humano y el 2% para otros fines.
Se tomaron tres años para evaluar
los cambios en el uso de agua para
esta región. En 1950 el algodón
consumía el 84% del agua, en 1980
ese porcentaje disminuyo al 58% y
el 2007 fue 22% para el algodón y
35% de agua fue consumida por el
esparrago (Rendón, 2009).
Para el caso del valle de Ica el
panorama es distinto a lo antes
planteado, dada la muy desigual
distribución de agua del país. En el
valle la disponibilidad de agua es 2733
m/cápita/año, muy por debajo del
promedio nacional y mundial. Según
UNESCO (2007), entre 180 países,
el Perú ocupa el puesto 17 con
68,321 m/cápita/año, pero esta cifra
es el promedio nacional que varía
significativamente entre las regiones
del país. Cuando existen niveles de
disponibilidad inferiores a los 1000
m/cápita/año, se tiene una situación
de escasez de agua y cuando se está
en un nivel entre 1000 y 1700 m/
cápita/año, se tiene el denominado
estrés hídrico de (Falkenmark,
1989). En el Perú existen dos casos
preocupantes: la cuenca del río
Caplina en Tacna que cuenta con
107 m/hab/año, y la cuenca del rio
Rímac en Lima, que dispone de 126
m/hab/año.
En un estudio realizado por Zárate
y Kuiper (2013) se muestra una
aplicación del concepto de huella
hídrica a dos muestras de productores
de banano en la provincia de Sechura,
departamento de Piura en Perú y
en la provincia de Oro en Ecuador.
Se realizó la medición del volumen
total de agua dulce considerando
tanto la fase agrícola como la fase
del procesamiento del banano para
exportación, también un análisis
de sostenibilidad de las huellas
hídricas y se formularon estrategias
de reducción. Para el cálculo de la
huella hídrica se utilizó en ambos
casos el software CROPWAT, los
datos climáticos para este propósito
se interpolaron mediante el modelo
New_LocClim (FAO), se usaron datos
del suelo recolectados por Agrofair
Sur, los parámetros del cultivo fueron
los recomendados y se recogieron los
datos de irrigación, para completar
la información requerida por el
software.
Los resultados fueron los siguientes
la huella hídrica promedio para la
muestra ecuatoriana fue de 576 m/t y
de 599 m/t para la muestra peruana,
lo cual es equivalente a 11 y 11.4 m/
caja de fruta respectivamente. Ambas
zonas poseen una temporada seca y
una húmeda, siendo generalmente
la proporción de riego mayor en la
primera de éstas. En el caso peruano
el 94% corresponde al componente
azul de la huella hídrica, mientras
que en Ecuador ésta solo es el 34%
del total; esto se debe a que en la
provincia de Oro existe un nivel
más alto de precipitación en ésta. En
ambas regiones la huella hídrica azul
es más del 99% en la fase agrícola,
con una mínima contribución en
la fase de empaque. Todo esfuerzo
por mejorar la eficiencia del uso del
agua azul sería muy beneficioso, en
especial para el caso del Perú.
La importancia de este estudio
en particular, se debe en primer
lugar a que el banano es un cultivo
con un rendimiento muy sensible
a la escasez de agua, no solo en
relación a la cantidad producida
sino también a la calidad. Además la
mayoría de agricultores no controla
el volumen de agua que usa para
la irrigación por aspersión y por
inundación y en muchos casos la
planta no llega a obtener el agua
requerida, siendo insuficiente en
algunos periodos y abundante en
otros. Esta última situación ocasiona
la perdida de nutrientes del suelo y
la generación de evapotranspiración
no productiva para el cultivo. La
recomendación a futuro dado el
adverso panorama, es la inversión
en obras hidráulicas que permitan
almacenar el agua para poder
irrigar la planta en periodos más
constantes y empleando una menor
cantidad de agua.
Algunos comentarios finales
El desarrollo del concepto de huella
hídrica, ha permitido el desarrollo
de una gama de distintos enfoques
sobre cómo y para qué evaluar una
huella hídrica en un contexto más
amplio de gestión de los recursos
naturales y los recursos hídricos en
particular.
El análisis a nivel de cuenca permite
brindar un contexto de análisis
necesario a partir de los resultados
de contabilidad de huella hídrica.
Complementariamente, si se
desea medir la huella hídrica de
determinados productos agrícolas
o de usuarios del agua de manera
más general, la medición debe de
estar orientada por el contexto
económico del país, teniendo
en cuenta las cadenas de valor
existentes y las políticas de comercio
interno y externo.
En este sentido, la huella hídrica
debe generar respuestas, ya sea del
sector público, del sector privado o
de los consumidores, siendo el rol
de la huella hídrica, apoyar a que
el gobierno y la sociedad civil tome
decisiones sobre el uso y consumo
del agua, en la medida en que la
información generada a través de
este instrumento, contribuya a
aumentar el conocimiento existente
acerca de la gestión del agua. Con
la medición de la huella hídrica,
se esperar que el sector generar
acciones de regulación y de gestión
del agua, con el fin de transmitir
información y así mejorar las
políticas y planificación de la gestión
hídrica y orientar el crecimiento
económico de manera sostenible.
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Society Publishers
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