UNESCO
Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP)
Fecha: 20 Marzo 2015
4.- Perspectivas regionales
Los retos en la interfaz del agua y el desarrollo sostenible varían de una región a otra. El aumento de la eficiencia en el uso de los recursos, la reducción de los residuos y la contaminación, los cambios en los modelos de consumo y la elección de tecnologías apropiadas son los principales retos a los que tienen que enfrentarse Europa y Norteamérica. Conciliar los diferentes usos del agua a nivel nacional y mejorar la coherencia de las políticas a nivel nacional y transnacional serán las prioridades para los años venideros.
La sostenibilidad en la región del Asia y el Pacífico está estrechamente ligada a los progresos en el acceso al agua potable y al saneamiento; satisfacer la demanda de agua en sus múltiples usos y paliar las cargas contaminantes concurrentes; mejorar la gestión de las aguas subterráneas y aumentar la resiliencia ante los desastres relacionados con el agua.
La escasez de agua está en primer plano cuando se habla de los retos relacionados con el agua que impiden progresar hacia el desarrollo sostenible en la región árabe, donde el consumo insostenible y la extracción excesiva de los recursos superficiales y subterráneos contribuyen a la escasez de agua y suponen una amenaza para el desarrollo sostenible a largo plazo. Las medidas que se están adoptando para mejorar el abastecimiento de agua incluyen la captación de agua, el reciclaje de las aguas residuales y la desalinización mediante energía solar.
Una prioridad importante para América Latina y el Caribe consiste en crear la capacidad institucional de manejar los recursos hídricos y llevar la integración sostenible de la gestión y el uso de los recursos hídricos a potenciar el desarrollo socioeconómico y la reducción de la pobreza. Otra de las prioridades consiste en garantizar la plena realización del derecho humano al agua y al saneamiento en el contexto de la agenda de desarrollo después de 2015.
El objetivo fundamental para África es lograr una participación duradera y vibrante en la economía mundial, desarrollando a la vez sus recursos naturales y humanos sin repetir las experiencias negativas vividas en el camino al desarrollo de otras regiones. En la actualidad, solo el 5% de los recursos hídricos potenciales de África se han desarrollado, y el agua almacenada per cápita son 200 m3 (comparados con los 6.000 m3 de Norteamérica). Solo el 5% de las tierras cultivadas de África son de regadío, y menos del 10% del potencial hidroeléctrico se utiliza para producir electricidad.
4.1 Respuestas y medios de ejecución
La agenda para el desarrollo después de 2015
Los objetivos de desarrollo del milenio (ODM) tuvieron éxito al conseguir el apoyo público, privado y político para reducir la pobreza mundial. En lo que respecta al agua, los ODM han ayudado a fomentar mayores esfuerzos para mejorar el acceso al suministro de agua potable y al saneamiento. Sin embargo, la experiencia de los ODM demuestra que en la agenda para el desarrollo después de 2015 se pone de manifiesto la necesidad de contar con un marco temático más amplio, detallado y con un contexto más específico para el agua, al margen de los problemas del abastecimiento de agua y saneamiento.
En 2014, ONU-Agua recomendó unos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) dedicados para el agua que constaban de cinco áreas objetivo: (i) suministro de agua, saneamiento e higiene; (ii) recursos hídricos; (iii) gobernanza hídrica; (iv) calidad del agua y gestión de aguas residuales; y (v) desastres relacionados con el agua. Un objetivo tan centrado en el agua reportaría unos beneficios sociales, económicos, financieros y de otros tipos que superarían ampliamente los costes. Los beneficios se harían extensivos al desarrollo de la salud, la educación, la agricultura y la producción de alimentos, la energía, la industria y otras actividades sociales y económicas.
5.-Lograr “El futuro que queremos”
El documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Rio+20) de 2012, El futuro que queremos, reconoció que “el agua es la base del desarrollo sostenible”, pero al mismo tiempo el desarrollo y el crecimiento económico ejercen presiones sobre el recurso y suponen un reto para la seguridad del agua, tanto para las personas como para la naturaleza. También quedan grandes incertidumbres acerca de la cantidad de agua necesaria para satisfacer la demanda de alimentos, energía y otros usos humanos y para sostener los ecosistemas. Dichas incertidumbres se ven agravadas por el impacto del cambio climático.
Las decisiones acerca de la gestión del agua son responsabilidad de múltiples instancias tanto en el sector público como en el privado. El problema estriba en cómo puede hacerse que esta responsabilidad compartida se convierta en algo constructivo y en un punto de encuentro en torno al cual puedan reunirse las diferentes partes interesadas y participar de forma colectiva para tomar decisiones informadas.
6.-Gobernanza
Para progresar en la gobernanza relacionada con el agua es imprescindible la participación de un amplio abanico de representantes de la sociedad, a través de estructuras de gobernanza inclusivas que reconozcan la dispersión de la toma de decisiones a través de los distintos niveles y entidades. Por ejemplo, es imperativo reconocer las aportaciones de las mujeres a la gestión local del agua y su papel en la toma de decisiones relacionadas con el agua.
Mientras que muchos países se enfrentan a una reforma hídrica estancada, otros han hecho grandes progresos en la aplicación de varios aspectos de la gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH), incluida la gestión descentralizada y la creación de organizaciones de cuencas fluviales. Dado que la puesta en práctica de la GIRH se ha orientado con demasiada frecuencia a la eficiencia económica, es necesario hacer más hincapié en las cuestiones de la equidad y la sostenibilidad ambiental y adoptar medidas para fortalecer la responsabilidad social, administrativa y política.
7.-Minimizar los riesgos y maximizar los beneficios Invertir en todos los aspectos de la gestión de los recursos hídricos, el suministro de servicios e infraestructuras (desarrollo, explotación y mantenimiento) puede generar beneficios sociales y económicos significativos. Gastar en el suministro de agua potable y saneamiento es sumamente rentable, aunque solo sea por razones sanitarias. Invertir en prepararse para afrontar los desastres, en mejorar la calidad del agua y en la gestión de las aguas residuales también es muy rentable. La distribución de los costes y beneficios entre las partes interesadas es crucial para la viabilidad financiera.
Los desastres relacionados con el agua, las más destructivas de todas las calamidades naturales desde el punto de vista económico y social, es probable que aumenten, debido al cambio climático. La planificación, la preparación y la respuesta coordinada—incluyendo la gestión de las llanuras aluviales, sistemas de alerta temprana y una mayor conciencia pública del riesgo—aumentan en gran medida la resiliencia de las comunidades. Combinar enfoques estructurales y no estructurales de gestión de las inundaciones resulta especialmente rentable.
Los riesgos y varias cuestiones de seguridad relacionadas con el agua también pueden reducirse mediante enfoques técnicos y sociales. Existe un número creciente de ejemplos de aguas residuales regeneradas que se utilizan en agricultura, para regar parques y campos municipales, en sistemas de refrigeración industrial, y en algunos casos mezcladas de forma segura con agua potable.
Los cálculos existentes de los recursos hídricos son a menudo inadecuados para hacer frente a la actual demanda de agua. Los cálculos son necesarios para hacer inversiones y tomar decisiones de gestión fundamentadas, facilitar la toma de decisiones intersectoriales y hacer frente a los compromisos y equilibrios entre los grupos interesados.
Igualdad
La igualdad social es una de las dimensiones del desarrollo sostenible que no se ha tratado lo suficiente en las políticas del desarrollo y del agua. Las perspectivas del desarrollo sostenible y de los derechos humanos requieren la reducción de las injusticias y la eliminación de las desigualdades en el acceso a los servicios de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene.
Esto requiere una nueva orientación de las prioridades de inversión y de los procedimientos operativos para proporcionar servicios y distribuir el agua de forma más equitativa en la sociedad. Una política de precios a favor de los pobres mantiene los costes lo más bajos posible, al mismo tiempo que garantiza que se pague por el agua un precio que cubra el mantenimiento y la expansión potencial del sistema.
El precio del agua también proporciona señales sobre cómo asignar los escasos recursos hídricos a los usos de mayor valor, en términos financieros u otros tipos de beneficios. Los precios justos y los permisos hídricos tienen que garantizar que la extracción, así como las descargas de aguas usadas, sustentan funcionamientos eficientes y la sostenibilidad ambiental, de manera que se adapten a las capacidades y necesidades de la industria y el riego a gran escala, así como a las actividades agrícolas a pequeña escala y a la agricultura de subsistencia.
El principio de equidad, quizá más que cualquier recomendación técnica, lleva consigo la promesa de un mundo más seguro para todos en lo que respecta al agua.
Descargar documentos:
- En español: Resumen Ejecutivo - Informe sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 2015: Agua para un mundo sostenible
- En ingles: Informe sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 2015: Agua para un mundo sostenible.
- En ingles: Estudios de casos e indicadores: Afrontar los retos
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